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Cree… Siempre cree

Se cumplen 19 años de la gesta en el Coloso Santa Úrsula

Foto: TUDN

En una de las tantas películas animadas del Universo de DC Comics, “Superman vs The Elite”, el kryptoniano previo a su batalla final ante La Élite liderada por Manchester Black, le escribió una nota a Lois Lane diciendo: “Believe… Always Believe”.

Recordando eso, nos lleva al pasado 16 de junio del 2001, donde para ser sinceros, si había gente que tenía fe y creía en esa selección nacional dirigida por Alexandre Borges Guimaraes que podrían conseguir los tres puntos en el Estadio Azteca ante la Selección de México por la cuarta fecha de las Eliminatorias para el Mundial de Corea y Japón 2002, eran muy muy pocos.

Antecedentes de la gesta

La última experiencia de la Tricolor fue agridulce ya que logró remontar un 3-1 para empatar 3-3 el 9 de noviembre de 1997. Histórico por el resultado. Agridulce por la eliminación de la cita gala de 1998.

Eso quedó marcado como una “amenaza” para lo que podría ser el juego del 16 de junio del 2001, pero las cosas no estaban tan bien para ambos equipos. Costa Rica venía de perder en Estados Unidos con un gol discutidísimo de Josh Wolff, tras conseguir cuatro puntos en Tibás y Alajuela ante Honduras y Trinidad y Tobago respectivamente.

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México por su parte llegaba con problemas internos serios. Su entrenador Enrique Meza, Campeón con Toluca a finales de la década de los noventas, estaba en riesgo de perder su puesto y el “Tri” no se veía bien.

Sumado a eso, el internacional tico Hernán Medford soltó quizás una frase que movió las cosas en tierras aztecas: “México ya no es el Gigante de la Concacaf”. Esto calentó el ambiente previo al juego.

El juego

Pese al grito de motivación de Erick Lonnis previo al salir al campo verde del Azteca que decía “vamos a hacer historia”, las cosas empezaron un tanto complicadas para La Sele quien recibió por medio de José Manuel Abundis a los seis minutos, el primer gol del partido. Ese gol fue un aluvión de fuerza para México que necesitaba sacar los tres puntos para calmar, no sólo a las 50 mil almas que llegaron al Azteca, sino a todo un país que no estaba contento con el accionar del equipo.

Costa Rica encontró en el 1-0 y con la buena lectura de Guimaraes, las variantes necesarias para torcer el destino. Rolando Fonseca quien entró a los 40 minutos del primer tiempo, sería clave para el resto del juego. Luego las apariciones de William Sunsing, el cambio de lujo, y Hernán Medford, terminaron siendo los movimientos letales que el tico-brasilero hizo para quebrar la defensa del “Ojitos” Meza.

La muestra de ello llegó al 69’ cuando Sunsing tomó la pelota, corrió como si se tratara de Flash mismo y fue derribado fuera del área para que Carlos Batres pitara la falta. Una que “Rolo” ejecutó de forma magistral al 71’ para empatar el juego.

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Como si se tratara del “Velocista Escarlata”, William Sunsing corrió hasta ser derribado por un defensor azteca para provocar la falta que a la postre fue ejecutada por Fonseca para empatar el partido. Foto: Hugo Chinchilla Hurst.

El 1-1, se sentía como un buen resultado, pero faltaba la entrada en escena del “Pelícano”. El protagonista de la polémica pre-partido marcó al 86’ el 1-2 tras un remate furibundo de Fonseca que Osvaldo Sánchez no pudo tapar debido a su mala colocación. El arquero rechaza el balón que el “17” clavó en el corazón para ese gol que marcó la historia y puso un hito en ese entonces sin precedentes en el fútbol del área.

Con el pitazo de Batres, el resultado se consumó, la historia se escribió, el mito cayó. El Coloso lo conquistó Costa Rica.

Consecuencias y legado

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El abrazo efusivo de los dos anotadores. Los que con sus goles escribieron la historia de uno de los partidos más importantes en la historia del futbol costarricense. Un abrazo goleador. Foto: Grupo Nación.

México cuatro días después cayó en Honduras, motivo por el cual Meza fue destituido por Javier el “Vasco” Aguirre quien clasificó “in extremis” a los verdes ante Honduras en el Coloso de Santa Úrsula en noviembre del 2001.

La Sele logró después de eso, vencer sus miedos de jugar fuera del territorio nacional y logró sendas victorias en Honduras (el mejor partido como visitante de Costa Rica en eliminatorias y que reseñaremos después), Trinidad y Tobago y Jamaica. En medio de eso, la Sele logró su cupo al Mundial oriental en Tibás ante Estados Unidos con doblete de Fonseca. Esa Selección logró la inalcanzable suma de 23 puntos, récord vigente en Hexagonales.

Doce años después, la “H” tendría su propia versión del “Haztecazo” al vencer por idéntico marcador a México en la Eliminatoria para Brasil 2014, la misma en que México tuvo que ir al repechaje gracias a la mano salvadora de Estados Unidos en Panamá.

Este partido dejó como enseñanza que, si bien hay momentos en los cuales, es difícil confiar, esa selección aplicó lo mismo que Clark Kent previo a su lucha contra la Élite: nos dijo que siempre, siempre hay que creer.

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Ricardo Mora

Periodista, estadígrafo y analista deportivo con experiencia en programas de radio, televisión y medios web. Con diversas coberturas de eventos locales e internacionales a su haber, se enfoca en el análisis de los mismos, pero sin dejar de lado la pasión que siente por el deporte.
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