Foto: Grupo Nación
Saprissa vs Alajuelense. El duelo que fricciona el país. Es el partido más importante de nuestro fútbol. Una historia tan rica como emocionante, vibrante, dramática e incluso dolorosa y decepcionante.
En total se jugaron hasta el día de hoy 323 Clásicos con 125 triunfos morados, 99 victorias manudas y 99 empates. Una ventaja de 26 clásicos para Saprissa.
Pero de todos esos, a nivel local, hay uno que sobresale por la magna importancia que lo revesteció. Ese juego se lo detallamos… a continuación
La madre de los desempates
Los eternos rivales llegaron a disputar el título del Torneo de Verano 2014 con dos datos a tomar muy en cuenta del por qué este clásico, el 288 de la historia, fue el más importante de todos.
Saprissa obtuvo su estrella 29 en el mayo del 2010 ante San Carlos. Desde ese entonces no volvieron ni siquiera a jugar una final. Alajuelense por su parte en diciembre del 2013 llegó a igualar a los morados con 29 Copas.
Esto, sumado a que la Final del Verano 2014 iba a ser el duelo titular 11 de la historia entre ambas escuadras con un balance en las diez anteriores de cinco finales ganadas por equipo, tildó esta serie finalísima del fútbol mayor como la madre de todos los desempates.
De esta serie saldría, el primero en llegar a las tres decenas de títulos ligueros y en el proceso, el que dominara el balance de series finales entre sí.
La previa
Saprissa y Alajuelense llegaron a la Final siendo el 1-2 del torneo. Ambos eliminaron en series muy complicadas a sus rivales. Los morados a la UCR dirigida por José Giacone y revelación del campeonato por su desempeño en el mismo y los liguistas al Club Sport Herediano en un duelo que reafirmó el dominio liguista ante los florenses en series a doble partido.
Jugaron la ida de la Final en el Morera Soto donde el encuentro terminó 0-0 y todo se decidiría en San Juán de Tibás.
El juego
Fue una noche del 10 de mayo del 2014 en Tibás, hoy hace seis años. Llovió como nunca. Pese a ello, el partido se jugó. El encuentro en sí no fue muy vistoso, era imposible que se diera un espéctaculo de buen futbol con esas condiciones, sin embargo hay dos jugadas claves que marcaron el destino y la balanza para uno de ellos.
Corría el minuto 13 y la Liga tenía posesión. En una disputa del balón en área morada, Jonathan McDonald sacó el codo de más golpeando a David Guzmán. El codazo fue evidente, tanto así que el central de ese juego Jeffrey Solís no dudó en expulsarlo. La Liga se quedaba con 10 hombres muy temprano.
La otra fue al minuto 40. En el sector izquierdo del terreno de juego Saprissa tenía la pelota. Entre Yeltsin Tejeda y Manfred Russell jugaron con Heiner Mora quien centró un balón al área rojinegra. Ahí se impuso ante todos Hanzell Arauz que de cabeza logró marcar el que a la postre fue el único gol de toda la serie.
Consecuencias
Esos dos momentos volcaron la balanza a un Saprissa que tras terminado el juego, en medio de la lluvia, se desahogó ya que con la 30 en el bolsillo, se quitó un peso enorme de siete torneos sin ser Campeón mientras que la Liga empezó lo que se conoce como la actual Maldición de la 29. De paso por primera vez, la S logró superar al León en el balance particular de finales con seis triunfos sobre cinco de los rojinegros.
Ahora bien… Ustedes creen que sólo existieron Clásicos por Campeonato Nacional. Próximamente… el Clásico internacional más importante de todos.
