Un estadio casi lleno de camisetas moradas, banderas ondeando esperaban a los jugadores, mientras en las gradas, Pemberton y Smith salían de últimos ante el coro de “Vamos morados”. Los extinguidores de la Ultra Morada llenaron el aire que -a pesar del frío ambiente- recordaba que el día había llegado, que hoy: Había clásico nacional.
Pitó el árbitro y ambas escuadras se fueron acomodando en su propio esquema. Un Saprissa con poca definición se enfrentaba a un Alajuelense desorientado, sin lograr satisfacer las expectativas de los aficionados. Saprissa tomó una leve ventaja –sobre todo, emocional- al 44´ cuando Danny Carvajal negaba el mal tirado penal al jugador Ariel Rodríguez. La euforia que transmitía “la Cueva” al 45 se veía desde el punto de tiro libre, donde Marvin Angulo falló por poco lo que pudo ser el primer gol del encuentro.
Iniciando el complementario, un centro de Deyver Vega fallado por Jonathan Moya evidenciaba a un Saprissa que resentía la falta de su Ariel Rodríguez, con una ligera mejoría en técnica de ambos equipos; situación que regaló jugadas más elegantes pero aún no dignas de un clásico nacional en la Jornada 19 del Torneo de Verano. El partido se vio manchado en varias ocasiones con faltas innecesarias, una de ellas provocando la primera anotación manuda, tras una entrada de Adolfo Machado sobre Jonathan McDonald que el Henry Bejarano dictaminó que ameritaba un segundo penal a favor de los rojinegros.
Danny Carvajal se dirigía a la portería para su 1 a 1 contra Johan Venegas tras 19 minutos, cuando las miradas del recinto se concentraron en el área de calentamiento de la Liga, donde uno de sus jugadores yacía en el terreno de juego por el impacto de una moneda en su cabeza. El jugador #12 del Ricardo Saprissa lesionaba a su contrario, lesionaba a su propio equipo y al fútbol que ésa tarde se jugaba.
A pesar de lo esperado por su exaltada afición, las redes de Carvajal ésta vez sí vieron celebrar a Venegas y silenciar al Ricardo Saprissa Aymá. Minutos después, el “vamos morados” volvía a llenar las gradas del estadio pero el calor poco a poco se transformó en frustración y se escuchaban con frecuencia los gritos de “pásala”, “hacélo”, “movéte” y demás imperativos al tiempo que se continuaban lanzando monedas al terreno de juego.
En la cancha, los jugadores se encerraban en la media cancha, la bola se iba afuera de las bandas, se perdía tiempo en cada saque de balón y fue hasta el 90´ cuando una jugada en el área chica pone a Jonathan Moya frente a Patrick Pemberton y, tras el peloteo que provoca la desesperación, el balón choca en el rostro del guardameta y se hunde en la red, causando el regocijo y la calma de los aficionados morados. A pesar de la búsqueda del segundo gol, el empate fue suficiente para un Saprissa que no fue el mismo desde el segundo penal.
A Tibás llegó todo menos el fútbol que suele reinar en los clásicos: llegaron los insultos, los acostumbrados reclamos acalorados, el recelo al arbitraje y la afición que apremia. Henry Bejarano pitó al 95´y así, sin pena ni gloria, sin héroes ni grandes hitos; los equipos se repartieron silentemente un punto para cada lado. El empate le favorece mucho más a un Saprissa inamovible en la cima de la Tabla de Posiciones con 35 puntos que a una Liga que se tambalea en el cuarto lugar de la clasificación con 27, mismos con los que cuenta Uruguay de Coronado y a tan sólo 2 puntos del Herediano.
El miércoles a las ocho de la noche, Alajuela repondrá su partido de la Jornada 18 cuando reciba a la UCR y el domingo se medirá ante Carmelita a las seis de la tarde por la Jornada 20 mientras que los morados repondrán la Jornada 15 con el enfrentamiento ante Uruguay de Coronado el miércoles a las 8:00 p.m. y el domingo visitarán al Cartaginés a las 4:00 p.m. por la jornada 20. Sólo 2 jornadas restan para la fase de semifinales y queda el sinsabor ante la duda de si éste fue el último clásico que habría en éste Torneo. ¿Éste era el mejor fútbol que podían ofrecer?
