En una tarde fría en la ciudad de Heredia, de esas típicas de diciembre que se vino para estrenar el mes de marzo, el Club Sport Herediano rescató un punto de su propia casa ante un ordenado equipo del Club Sport Uruguay, que metió en aprietos a los rojiamarillos.
La propuesta florense fue la de ir al ataque. Característico de su estilo buscaron a Cristian Lagos, su referente en ofensiva desde que llegó al club. Sin embargo la recia zaga coronadeña resistió los embates del “huracán rojiamarillo”.
La tónica del juego fue simple: Los dirigidos por Mauricio Wright con la pelota buscando la ofensiva y los isidreños aguantando, siendo inteligentes en el manejo de pelota y buscando la peligrosidad de Alejandro Alpízar.
Cuando los florenses se fueron con todo al frente y parecía que su gol estaba cerca de llegar, sucedió lo contrario.
En una subida por la banda derecha, Marvin Obando colgó un centro al área, el cual el “Matador” Alpízar apenas desvió y para su fortuna, y desgracia de sus rivales, Keyner Brown es quien desvía la pelota hacia su propio marco. En 34 minutos lo ganaba el Uruguay 0-1 y sorprendía a los presentes en el Rosabal Cordero.
Con ese marcador ambos equipos se fueron al descanso.Ya en la complementaria, el Herediano encontró el empate mediante un tiro libre. El encargado de realizarlo fue Esteban Ramírez, quien se inventó una ejecución simplemente preciosa al enviar el balón por encima de la barrera y casi en el ángulo del arquero Neighel Drummond, quien debutó en el campeonato. Con la ‘suerte’ de llevarse semejante joya.
Fue el 1-1 en 55 minutos y el estadio florense respiraba nuevamente.
Sin embargo, los pupilos de Martin Cardetti no se quedaron con esa. La zona media uruguaya tomó un balón en el centro de la cancha para habilitar a Rafael Rodríguez, quien soportó la marca férrea de Heyreel Saravia, aguantó y definió como goleador ante la salida de Daniel Cambronero.
Qué sorpresa en Heredia. Al minuto 66’ se decretó el 1-2 y dejaba ciertas dudas de cara al vital partido ante el Olimpia de Honduras, por la Liga de Campeones de Concacaf, donde cualquier error marcará diferencia.
En esos momentos de incertidumbre, apareció el hombre gol. La figura, el llamado a hacer diferencia en el ataque. Al minuto 76’, Cristian Lagos se enrumbaba dentro del área y fue derribado. El central marcó la pena máxima que el mismo
Lagos concretó de gran forma. El balón a la derecha, el portero a la izquierda.
El atacante marcó su cuarto gol consecutivo y se consolida en la delantera florense, donde hay que decir que Yendrick Ruiz volvió a la acción luego de superar una lesión que lo alejó de los terrenos de juego.
A partir de ahí, cualquiera de los dos equipos pudo anotar y hacer la dir¿ferencia. Las ocasiones de peligro no disminuyeron, sin embargo las ganas y el ímpetu no fue suficiente.
Empate 2-2 con buen sabor para los aficionados, que vivieron una tarde herediana de buen futbol.